martes, 20 de mayo de 2014

A la espera

A veces siento que estoy bien. Desgraciadamente creo que mi producción literaria lo confirma. Estoy en un punto en el que no encuentro la manera de escribir una historia que me nazca de las entrañas, que me emocione hasta las tripas y me haga desvelarme pegado al teclado diez, doce, quince horas, transcribiendo historias. No ha habido producción poética donde me sacaba tres, cuatro, seis poemas buenos en una noche. Lo único que pasó es el alcohol, es raro, casi diario bebo, pero ya no me emborracho, no porque sea inmune a Baco, más bien, porque bebo disfrutando el trago (pero aun cuando termino ebrio, sigo seco). Antes, cuando bebía, me terminaba hasta la madre y entonces: pum! Líneas de literatura, entre mediocre y excelente, juegos, hallazgos, lo que fuera. Hoy, y desde hace varios meses, mi vida es estable, está estable. Y yo mientras no soy más que... pues no sé, un "artista" de crucero que aguarda el momento de emoción exacerbada que desborde litros y litros de tinta virtual. Quizá un guion, otra novela, un conjunto de cuentos o un poemario, cosas que tengo atoradas a medio proceso y que esperan ahí, a que llegue ese algo que las desgrane...