domingo, 28 de abril de 2013

Un nosotros


Hola, sí tú, tú sabes que te hablo a ti. No sé qué te dijeron, pero quizá sean mentiras, quizá sean mentiras que tú misma te contaste. ¿Estás segura de que se trata de mí? Bueno y si así fuera, y si hubieran sido ciertas y le agregáramos que además de eso, me puse a cocinar fetos y los di de comer en la cena de navidad mientras brindábamos. Disfrazando su sabor con canela y albahaca.

                Y si además de eso, le colgáramos a mis antecedentes morales la pedofilia con niñas de cuatro años, o la zoofilia con cachorritos básicamente recién nacidos, porque me gusta sodomizar a las niñas. ¿Qué pasaría?

                Sí, lo sé, dirías que soy un puto asco y una mala persona (quizá con más maldiciones y un lenguaje más vulgar que el entendible en la palabra “puto”). Pero asumámoslo, en primera no lo hice, en segunda, quién no es una mala persona. Por eso mismo, ¿quién eres tú para juzgarme? ¿Qué con rezarle a Dios, al diablo, y la divina providencia de los esclavos paganos, a Loki, a Baphomet, o Quetzalcóatl; qué si le rezo al espejo, a una foto, o a un libro? Si no le tuviera miedo a las agujas o las navajas te mostraría que mi sangre es tan roja como la tuya; pero te puedo mostrar mis mocos y mi sudor, hasta las cursis lágrimas; mi mierda huele a mierda igual que la tuya, y no a rosas.

                ¿Qué?, ¿te asusta mi lenguaje? Lo siento, no quería ser agresivo. También puedo ser lindo. Desearte un bonito día, unas excelentes lunas, y pedir una indulgencia a tu Karma (si es que existe). También te puedo llenar de besos, y caricias por horas, de miradas, de sensaciones, de pieles erizadas, del frío contacto de mi respiración en una línea de saliva que recorra tu cuello y termine en mis labios juntos y tronados. Igual te puedo llenar de ilusiones, de viajes, de castillos, de risas; te puedo llenar de mis experiencias y de mis errores, de las personas que fui mientras fui yo mismo, de la persona que soy, mientras dejé de ser. Te puedo llenar de aventuras, de compañía, de música tranquila, y una vida placentera mientras intentamos sobrevivirla; te puedo compartir de mi sinceridad, de mis ganas de ser mejor, de mis logros, mientras me compartes de los tuyos, de apoyarte, porque sé remar, y nadar, y si es necesario, ahogarme contigo, pero no dejarte sola; y te prometo estar ahí cuando me necesites, no siempre cuando me quieras.

                Te puedo llenar de tantas cosas, porque soy humano, agraciada o desgraciadamente, de velos y desvelos, de descubrirte cosas que ni tú sabías que tendrías, de las mejores, y de las peores cosas que tú misma puedes ser. Y algo sí te puedo asegurar: te aceptaré, te lo prometo, aunque seamos tan diferentes como la cal y la harina. Porque sé, que al igual que yo, eres humana, eres perfectible. Eres tú, y yo soy yo. Solo falta que seamos. Solo falta que te encuentre, aunque estés tirada en el piso, como diría Cortázar: “Si te caes te levanto, y si no, me acuesto contigo”. ¿Dónde estás?

jueves, 25 de abril de 2013

Cansadito

Así, cagándome de sueño, hay cosas por hacer. Aunque ya terminé de hacer las correcciones de la novela, hoy me di cuenta de que había aún un par de errores en un página. Creo que tendré que darle una revisada más.

Cuando uno escribe algo largo, lo que se dice escribir y lo que se dice largo, termina hasta la madre de su propio texto. Es incapaz de juzgar si el mismo funciona, es bueno, o por lo menos dice algo que valga la pena ser leído.

Pero ya, después de un mes de andar escribiendo la novela, tres semanas de corregirla, y tantas noches de pensar y pensar en qué modificarle y qué vale la pena que se quede; por fin me siento en el punto de: "ya está hecho".

Lo agradable, es ver cómo pese a las críticas de algunas cosas, de algunas personas de las que podría dudar sus buenas intenciones y sus verdaderos gustos literarios; hay por el contrario, alguno que otro que tienen valor para mí.

Hoy, me encontré a un amigo al que le expliqué brevemente (porque no podía dársela para que la revisara, ya que la convocatoria del concurso que quiero, cierra el martes 30) de qué trata la novela, le desglocé, igual de breve, cada uno de los capítulos, y le pedí que leyera el último y el epílogo.

Me sentí muy bien, al confirmar con su opinión, las opinines de otros más (aunque en diferentes capítulos, otros lectores a los que agradezco su tiempo, de igual manera me han dicho el agrado que les causa leer mi novela, aunque use el lenguaje soez): el final se le había hecho bueno, y a reserva de lo poco que ha conocido de mi novela, sentía que por lo menos lo que había visto, era bastante buena (había visto un par de capítulos más, a parte del final y el epílogo).

Me deseó mucha suerte para el concurso. Espero que sí. Tan espero que sí, como espero tener pronto un artículo o dos que me pidió una amiga, quizá exista la posibilidad de publicar en una revista.

Ambas situaciones, cosas, o la madre que sea, son estimulantes. Hacen que sienta que los desvelos escribiendo, y todas esas cosas de la vida jodida a cambio de tiempo para dedicarme a esto, valgan un poco la pena.

Lamento la solemnidad de esta entrada, pero hoy, ando un poco jodido, y lo peor, es que hoy, aun no se acaba; sigue habiendo textos que revisar o escribir. Por lo mismo, solo mando mentadas de madre en las últimas líneas, y seguir con las peticiones de buenas vibras para este que sigue sin creerse escritor.

martes, 16 de abril de 2013

Momento ñoño



Ayer estuve viendo la película “el silencio de los inocentes”, me puse a pensar en lo interesante del personaje de Hannibal Lecter, y hasta, como buen ñoño, a buscar su coeficiente intelectual en la red. Después me puse a pensar en quién ganaría entre Sherlock Holmes y Hannibal. Parece un buen tema para un fanfiction, si no es que alguien ya lo hizo.

 Por ahí una vez hicieron uno sobre Holmes y Jack el destripador; pero más que una historia policiaca, fue un capítulo de Celebrity Deathmatch, una serie que fue bastante famosa en la década de los noventa, la sacaba MTV, para los que no lo sepan, trataba de muñecos de arcilla que se partían la madre entre sí, pero los muñecos eran personajes históricos y ficticios del mundo entero. Por ejemplo, en cierta ocasión pusieron a Beavis vs Butthead; también a Dave Groul vs Courtney Love; incluso a Gandhi (aunque no recuerdo contra quién). Pero bueno, decía que habían puesto a Holmes, contra Jack el destripador; Holmes queda como pendejo suertudo, más que el detective con capacidades deductivas casi extrasensoriales. 

La duda, o lo interesante, consistiría en hacer un buen ejercicio de ficción. Hannibal Lecter el genio psicópata, incluso más cabrón que los Moriarty que he visto en cine, tele y lo que he encontrado en la literatura de Conan Doyle, contra el genio deductivo de Holmes. 

Recordemos que hay puntos interesantes en que podrían ser considerados al respecto:

Lecter es atrapado por un detective federal que más que tener capacidades deductivas, poseía una gran capacidad de meterse en la mente de los criminales a los que analizaba, y en el caso particular de Lecter, lo aprehende un poco más por suerte que por esta otra capacidad. Lo cual significa, que Lecter no necesariamente es una gran mente criminal, solo una mente psicópata. 

Por otro lado, Holmes, tampoco es infalible, y hay que recordar que la derrota que más lo marca, es contra Irene Adler (que no era su enemiga declarada) a la que terminó llamando “La mujer”, siendo que era un tanto misógino. Pero como decía, en el caso de Holmes también hay estas trastabillas.

Ambos, confían demasiado en sus genios, ambos pueden conocer la mente de sus enemigos, y ambos son apáticos, carecen la capacidad de empatizarse y, por el contrario, se dejan llevar por la lógica y la curiosidad; ambos de hecho tienen un sentido del olfato que va más allá de lo promedio. 

                En general podría ser una historia de ocio interesante para aquel que se quiera atrever a hacerlo; y si alguien sabe de alguna persona que ya lo haya hecho, avísenme. 

                Mientras tanto, yo me iré a fumar y a seguir corrigiendo esa novela. Saludos, lectores.

jueves, 11 de abril de 2013

Ahí vamos

Comentaba: hace como dos semanas que ya tengo cierta estabilidad, en efecto así es, pero no quería afirmarla porque con tanto desmadre, uno queda ciscado (jaja). Pero creo que en general por el momento ya no hay de que temer; como que la vida va mejorando y, además, se la puede ver como si realmente mejorara: escuchas pajaritos en la mañana cuando estás por dormir (y después quieres aventarles un cohete para que se espanten los cabrones y te dejen hacerlo); los niños chiquitos te sonríen cuando vas en la calle (y las niñas grandes también); y aunque económicamente no estás tan bien, sigues teniendo para medio comer y para fumar... quizá para ir a tomar un café.

     No, definitivamente la mala racha ya empieza a desvanecerse, es lo divertido, porque a lo largo de ese desmadre terminé aprendiendo, por ejemplo, a escribir más palabrotas de las que acostumbraba, y eso a su vez me está ayudando a que haya estado generando un estilo particular (como dicen por ahí: mi voz) a la hora de escribir; aún tengo que confirmarlo con algunas personas que saben, pero es casi un hecho.

      Como lo he dicho antes, no he dejado de escribir, es genial, ya aprendí a escribir sin necesidad de estar inspirado por una musa, y a hacer lo que decía Baudelaire: no hay que escribir con la emoción del momento, sino escribir cuando la cabeza esté fría, y evocando esa emoción (o algo así, jajaja, aunque prefiero hacerlo a la vieja). Eso ha sido muy grato, empezar a tener la capacidad para hacerlo, al igual que meterme en personajes. He aprendido a escribir. Ahorita tengo una novela terminada que está enfriándose para hacerle las correcciones, con esa estoy seguro de que me gano el siguiente premio Alfaguara porque la historia está mejor que todo lo que había escrito hasta ahora; aquí le perdí el miedo a muchas cosas. Y las críticas de los capítulos que he dado a algunas personas han sido alentadoras.

     Pero bueno, mientras esa novela se enfría tengo un guión por ahí que también ya se enfrió para que pueda hacerle las siguientes correcciones y lo pueda meter a un concurso que es dentro de un par de meses, igual espero podérmelo ganar (algo así como $50,000), y si no, por lo menos empezará a darme cierta presencia en esos círculos.

     Definitivamente, ya no está tan mal, mejoraría mucho con la cuestión económica, así que prefiero seguir muriéndome ligeramente de hambre; porque como diría Xavier Velasco: si no lo hago me voy a morir de un hambre más cabrona. Así que échenme sus buenas vibras para que me vaya bien en el concurso, y si no, sigan dandose una vuelta por mis letras y jódanse zorras egoístas, ni que se fueran a morir por unas vibras.

viernes, 5 de abril de 2013

Un poquito de verdades sobre el artista

Estoy escribiendo esta entrada para ver si me sirve como purgante para terminar de imaginar los capítulos que me faltan para la novela en la que estoy trabajando ahorita. Ya ven que luego se piensa que lo difícil es encarrilarse en la actividad deseada, es como dicen por ahí: "ya encarrerado el gato, chingue a su madre el ratón". Así que como lo había prometido, revelaré un poco de esa "vida de artista" que he tenido últimamete.

     Hasta hace unas dos semanas en las que más o menos he tenido un poco de quietud, había estado sumido en una serie de eventos un tanto desafortunados de los que se habrán dado cuenta aquellos que han curioseado un poco más por este blog.

    En realidad una serie de mamadas, como para mentarle la madre a la vida una y otra vez durante semanas enteras. Hija de puta. Pero bueno, está la muerte de mi tío (por eso los poemas anteriores), la ruptura con Liliana, y la posterior ruptura con cierta personita que casi me demanda por usar su nombre (eso es exagerado de mi parte, en realidad nada más se puso violenta verbalmente, y no me puede demandar por usar su nombre), esta última en realidad no me pegó tanto. Pero bueno, esos son los antecedentes emocionales que podrían pasarle a cualquier persona (claro, no deseo que nadie sufra una pérdida y a la semana otra, como en mi caso). Pero obviamente eso no es todo para decirte artista.

     Para catalogarte artista hay que tomar todas esos pedos emocionales y existenciales y transformarlos en una obra de cualquier índole, y no por ello, estoy diciendo que tengo una vida de artista.

     En realidad estoy transitando por esa parte nada glamourosa que existe antes de la fama.

     Para ser artista, está claro que hay de dos, o naces con las posibilidades económicas para dedicarte al arte, o vives jodido para hacerlo. Y entonces todo eso se empieza a sumar y se vuelve una gran bola de nieve (yo preferiría imaginar que es caca) que se hace cada vez más grande. Empiezas a ver a tu al rededor y, en primera, ves que no está la persona que más amas contigo, en segunda, ves que tus amigos tampoco están cerca (siquiera), la familia no termina de entenderte nunca, y todos los que te rodean, van teniendo progreso en la vida de algún tipo, mientras tanto, tú no sales casi a la calle porque no hay dinero más que para cigarros y porque además tienes que seguir escribiendo, y madres parece que no estás haciendo nada; y en efecto, para todos aquellos que no sepan de esto, "no estás haciendo nada".

     De repente, si tienes un poco de luz en el camino te encuentras a alguna buena personita que sabe del tema y te dice, "estás bien, vas mejorando". Y te das cuenta de que lo único que te queda es aguantar. Por fuera te vuelves un guiñapo, emocionalmente estás madreado, anímicamente ver a tu al rededor te madrea de igual manera, y no hay nadie en sí en quien te puedas apoyar por completo. Te das cuenta de que en casa de tus padres ya no la haces, y de que el mundo poco a poco se te cae a pedazos; juegas a seducir a la locura y te sientes tentado a dejarte seducir de tanto que luego terminas aislado, ese aislamiento luego te lleva a dudar incluso de tu propia existencia y realmente entras en ansiedades donde sientes que lo más pertinente es declararte loco.

     Ves cómo la vida se sigue burlando de ti con pequeñas cosas, como esas de las muelas que se me están cayendo a pedazos, o con borrarte media novela por una locura del word (claro que son bormas pequeñas, porque los golpes fuertes ya te los dio también).

     Y entonces, cuando todo se te sigue cayendo a pedazos como si estuviera lloviendo mierda del cielo, encuentras algo de qué aferrarte para que la vida no te consuma, en mi caso, me pongo a escribir, aun cuando no escribo para mí (como tal).

     Lo que más pega es lo emocional, uno no tiene problema con no comer durante un día o dos, no se muere por eso, lo más difícil de llevar es lo emocional. Yo no me había dado cuenta por completo lo que hacía o cómo podía hacerlo, cómo seguía adelante mientras veía a mis amigos terminando sus carrreras, teniendo cosas bonitas y saliendo a pasear; preguntándote a cada rato si sirves para esto, si vale la pena que lo sigas haciendo, si algún día podrás vivir con decencia de esto. Es cuando los comentarios de las personas que saben te apoyan, y te hacen creer un poco más en que sí puedes y que tienes que seguirlo haciendo, porque sabes que de todas formas no podrías dejar de hacerlo. Pero insisto, lo que más pega es lo emocional, y yo no había encontrado la forma de articular lo que pensaba, sin embargo, encontré a alguien que lo articuló mejor que yo; es de mi serie favorita y lo pondré en el inglés que más o menos entendí.

             Atticus: How do you do, Hank?
                Hank: Do what?
             Atticus: The woman that you love it's out there and you know you can't have her. How you get up in the morning?
                Hank: Glup it's always helpful; but it's always the art, everything that i write, each letter, is for her or about her, so i'm with her, even when i'm not, if i'm writting.


     Disculpen la mala traducción creo que hay un par de palabras que no están en el diálogo, pero no tengo tan buen oído, al final es lo que más o menos se decía en los subtítulos. 

      Da igual, al final el artista transmuta toda su mierda en general, y le da un sentido, ya sea para contar una historia, mostrar una imagen o sencillamente transmitir lo que desea, y de la forma que desea; en gran medida somos máquinas de digerir caquita, o recicladoras, como quieran verlo. 

       La verdad es un trabajo ingrato (no siempre), pero que no puedes dejarlo de hacer, lo traes dentro, te guste o no; somos bichos algo disfuncionales socialmente, y que por pendejadas vocativas terminan, en nuestra mayoría, solos (espero que no sea mi caso). 

      Quizá me alargué demasiado para decir, que somos un desmadre en muchas y diferentes formas. O al menos esta es mi visión, no tengo intención de impornérsela a nadie.