martes, 16 de abril de 2013

Momento ñoño



Ayer estuve viendo la película “el silencio de los inocentes”, me puse a pensar en lo interesante del personaje de Hannibal Lecter, y hasta, como buen ñoño, a buscar su coeficiente intelectual en la red. Después me puse a pensar en quién ganaría entre Sherlock Holmes y Hannibal. Parece un buen tema para un fanfiction, si no es que alguien ya lo hizo.

 Por ahí una vez hicieron uno sobre Holmes y Jack el destripador; pero más que una historia policiaca, fue un capítulo de Celebrity Deathmatch, una serie que fue bastante famosa en la década de los noventa, la sacaba MTV, para los que no lo sepan, trataba de muñecos de arcilla que se partían la madre entre sí, pero los muñecos eran personajes históricos y ficticios del mundo entero. Por ejemplo, en cierta ocasión pusieron a Beavis vs Butthead; también a Dave Groul vs Courtney Love; incluso a Gandhi (aunque no recuerdo contra quién). Pero bueno, decía que habían puesto a Holmes, contra Jack el destripador; Holmes queda como pendejo suertudo, más que el detective con capacidades deductivas casi extrasensoriales. 

La duda, o lo interesante, consistiría en hacer un buen ejercicio de ficción. Hannibal Lecter el genio psicópata, incluso más cabrón que los Moriarty que he visto en cine, tele y lo que he encontrado en la literatura de Conan Doyle, contra el genio deductivo de Holmes. 

Recordemos que hay puntos interesantes en que podrían ser considerados al respecto:

Lecter es atrapado por un detective federal que más que tener capacidades deductivas, poseía una gran capacidad de meterse en la mente de los criminales a los que analizaba, y en el caso particular de Lecter, lo aprehende un poco más por suerte que por esta otra capacidad. Lo cual significa, que Lecter no necesariamente es una gran mente criminal, solo una mente psicópata. 

Por otro lado, Holmes, tampoco es infalible, y hay que recordar que la derrota que más lo marca, es contra Irene Adler (que no era su enemiga declarada) a la que terminó llamando “La mujer”, siendo que era un tanto misógino. Pero como decía, en el caso de Holmes también hay estas trastabillas.

Ambos, confían demasiado en sus genios, ambos pueden conocer la mente de sus enemigos, y ambos son apáticos, carecen la capacidad de empatizarse y, por el contrario, se dejan llevar por la lógica y la curiosidad; ambos de hecho tienen un sentido del olfato que va más allá de lo promedio. 

                En general podría ser una historia de ocio interesante para aquel que se quiera atrever a hacerlo; y si alguien sabe de alguna persona que ya lo haya hecho, avísenme. 

                Mientras tanto, yo me iré a fumar y a seguir corrigiendo esa novela. Saludos, lectores.

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