martes, 26 de junio de 2012

Sin nada que decir

Quizá ando ya en un estado cercano a la depresión, pero creo que a un nivel bajo, o quizá también es una justificación para no hacer nada. No lo sé, honestamente y a diferencia de como ha sido en mucho tiempo, no me importa mucho que digamos.

Quisiera escribir, quizá más por ese automatismo que uno adquiere de querer hacer algo, en realidad la mayor parte de mí quisiera dormir, la otra escribir. La que sí quiesieran amabas parte o mejor dicho la totalidad de mí, es tener ocho años nuevamente y donde mis únicas preocupaciones sean sacar buenas calificaciones, tan solo tomar un descanso y olvidar responsabilzarme hasta de mí mismo. desgraciadamente no tengo ocho años, ni amnesia, y me siento completamente ajeno en una casa que no es la mía.

No me puedo refugiar ni en las letras; no está chido no pertenecer ni a mi propio mundo. Y no poder escribir más allá de mediocres publicaciones quejándome de la situación. Pero bueno, como mi plan no es el suicidio, sino seguir escribiendo pues entonces a practicar; como dice Monterroso, hayq eu escribir cuando se tengan ganas y cuando no. Sin embargo, sí pido disculpas a mis lectores por la calidad de esta última entrada. Pero el cerebro no me da para mucho más en estos momentos; talvez al igual que siempre, me lo daba antes de presionar mis dedos sobre las teclas del teclado, pero bueno, este cristal aún es muy frágil y con el roce de los dedos basta para quebrarlo.

Sin embargo, saludos a todos, y el que yo ande jodido, no significa que desee que ustedes también, por el contrario mis mejores vibras para ustedes.

sábado, 23 de junio de 2012

Hablando de amor y esos problemas

Problemas de amor ¿Acaso existen otros que sean más importantes para los que amamos o los que estamos enamorados? Realmente sabemos que para los amorosos todo empieza y termina en el amor; o al menos es lo que más importancia tiene. Quizá podría aventurarme a decir que para muchos el mundo podría esta básicamente acabándose allá afuera y aquellos estar más preocupados por el amor, o al menos por el objeto de su amor. 


¿Por qué hablo de esto? Sencillo, porque estoy sufriendo de ello desde hace un corto tiempo. Para todos aquellos que sacan conclusiones apresuradas quiero informar que no es por una decepción amorosa, o un nuevo amorío no correspondido, esos, a diferencia de este, son más divertidos y productivos en mi vocación literaria. No, por el contrario, estoy hablando de relaciones de pareja, de esas que suceden cuando vives con alguien, y que también pueden suceder cuando no, pero al final de cuentas de aquellas cosas inevitables en cualquier relación.


¿Qué pasó? No sé, al final de cuentas realmente el acto particular no tiene tanta importancia por sí mismo. Pero sí me puse a pensar, en si estaba dispuesto a aceptar las cosas como son o mejor dicho a aceptarla a ella como es, o como se ha estado volviendo. Realmente no puedes pedirle a alguien que no cambie, los objetos quizá tienen esa posibilidad, las personas no. Los seres humanos en tanto humanos son entes potenciales, mutables, y al igual que en la vida (biológicamente hablando) o te adaptas o te quedas en el camino. Acostumbrase a veces podría ser esa adaptación, pero por qué en lugar de acostumbrarse no verlo como al inicio... y de repente, recordé a Jimena (o Lucía), y reentendí mis principios.



Yo: cómo te gusta que sean contigo?
Ella: para qué? Sé como tú eres, porque si no me gusta como eres, estamos jodidos.
Cuánta verdad había en esa frase garabateada con mala letra a la mitad de una clase de hace varios años, y yo aún no termino de darme cuenta. Total, si no funciona estaría uno menos jodido que estando con alguien que no es como es

miércoles, 20 de junio de 2012

Con una duda por delante

Es curioso, curioso y frustrante, al menos hasta cierto punto. Sí, lo sé aún o he dicho qué es curioso; sencillamente me refiero a ese algo que me pasa cuando quiero escribir. Siempre que mis dedos están aunque sea a un centímetro del teclado tengo ideas de cosas que escribir (sí, lo sé, no siempre, pero al menos más seguido de lo que quisiera), pero en el momento en que empiezo a teclear, me vuelvo idiota y poco imaginativo, incluso escribir estas pocas líneas están costándome más trabajo de lo que deberían. Pero supongo que así son las cosas, al menos lo son conmigo, sé que llegará el momento en el que las cosas salgan de mis dedos y una nueva historia (o poema) terminará por salir.

      Por desgracia, esto me tiene al punto del ansia, un ansia derruyente. Quizá alguien sepa cómo lograr escribir lo que quiero en el momento que quiero, porque eso de andar esperando a que la musa baje a trabajar, pues como que no, o quizá no he sabido cazarla bien. Sin embargo ha habido veces que he podido escribir sin sentirlo y por obligación, pero generalmente no sale nada interesante o ameno. Entonces pienso el punto para poder lograr hacer una media de ambos casos ¡de qué sirve saber que hay que trabajar tus talentos para sacarles el máximo provecho sino puedo trabajarlos! Quizá algún lector pueda decirme su secreto o una sugerencia que me haga poder acelerar este "proceso creativo", por el momento, postearé un cuento que aunque no es nuevo, es el más reciente y aún no ha sido visto en ninguno de mis blogs.

     Gracias por leerme, pero si puedes dime ¿tú, cómo le haces para hacer algo cuando no te nace?

   

jueves, 14 de junio de 2012

Insomnio

Quizá algún día sepa cuál será la hora de dormir. Es curioso, pero nunca he podido hacerlo bien (es decir lo que todos dicen que debe ser), incluso cuando entré a trabajar a un lugar que me exigía dormir temprano por necesidad de madrugar, no pudo hacerme el antinatural habito de dormir temprano (lo que sea que eso signifique).

En estos momentos, es difícil saber si la mejor opción es cerrar las ventadas de internet y dejar solamente la música. A veces ha resultado bueno dormir, literariamente prolífico; y es que esta proliferación viene de aquellas "pesadillas" que aún tienen sabor al abrir los ojos; me han dado muchas ideas que desgraciadamente no he podido hilar aún. Pero lo interesante es que poco a poco van juntándose y sé que en algún momento saldrán como algo (espero) interesante para leer.

Aun con esa propuesta seductora de ideas para escribir, o para coleccionar como futuros proyectos, hay algo en el insomnio que me seduce, o quizá hay algo en el dormir que me aleja. Quizá es más fácil despertar de una pesadilla a la luz del día y sentirse así más seguro. Las cosas suelen verse diferentes a la luz del sol, y los miedos instintivos suelen ser más llevaderos.

Quizá nunca superé aquel temor que me mantuvo despierto asomándome en la ventana del baño de mi tía cuando era chico, esperando ver que todo estuviera en orden y que los monstruos no salieran aún de mi cabeza o del lugar cualquiera donde suelen esconderse. No recuerdo bien, pero seguro que esa noche dormí hasta que el cansancio fue demasiado para seguirlo soportando, o cuando el sol asomaba en el horizonte. Ahora esa sensación solo se presenta a veces, como pidiéndome que esté alerta, en el limbo que hay entre el sueño y la vigilia, sobre todo cuando la línea que los separa desaparece casi por completo; a veces no aparece.

Pero quizá también insomnio no es de miedo, pues en realidad, la noche sabe respetar más el silencio (acompañado del tecleo y la música) de lo que lo hace el día. Quién puede vivir para sí de día, con tanta gente y tanto ruido. Quizá le mejor hora para dormir es esta, que no está definida, que surge espontánea, sin cadenas; porque al final de cuentas quién puede vivir atado...

Intitulado

Me encanta la forma en la que juega mi cabeza conmigo (sarcasmo). Hace años que no abría este espacio en la red. Me movía a lo largo del pequeño apartamento donde vivo y mi cabeza pensaba en un sinfín de ideas que quería publicar; una de esas pláticas autoconstructivas (o destructivas) que suele tener la gente cuando andan en silencio durante mucho tiempo. Ahora, después de haber hecho los arreglos pertinentes para habilitar el blog, todas aquellas ideas, tan bien estructuradas, tan 'como salen de la cabeza', solo son vestigios, intentos quizá de lo que fueron aquellas ideas cuando no tenía cerca el ordenador.

Sin embargo va bien, quizá esto sirva de ayuda para poder escribir cuando tengo uno de esos grandes problemas llamado "bloqueo literario". Quizá no sirva de nada; igual escribiré aquí, como una especie de autodiálogo que por alguna desconocida razón es más fructífero que la hoja de word.

Hace algún tiempo pensé en respaldar todos mis datos en la Internet, pues siempre tengo la involuntaria costumbre de perder todos mis escritos e ideas, así que creo que este podría ser un buen medio de mantenerlos a la mano, siempre y cuando la red me los mantenga (afortunadamente así he logrado mantener conmigo muchos de ellos). Pero también hay que ser sincero, uno no escribe en un lugar con acceso público por el simple hecho de guardar y proteger sus archivos (los dejaría en mi mail); la razón más importante quizá, es la esperanza (ese mal holgazán que no fue capaz de salir de la caja de Pandora) de ser leído por alguien, o mejor dicho: por algunos. Pero bueno, dejemos esa esperanza pasiva acurrucada entre estas letras y pongámonos a trabajar.