viernes, 7 de agosto de 2015

Desviaciones mentales

Todas las decisiones que he tomado a lo largo de mi vida me llevan a este momento, un momento parecido al de la semana pasada, y al del mes anterior... al de hace medio año, al de hace un año y medio... Sí, las cosas cambian: engordo, enflaco, río, lloro, sonrío, leo un libro nuevo, sí, todo cambia: termino una novela más que no será publicada, así como no ha sido publicada la anterior, ni la anterior a ésa, y quizá tampoco sea publicada la que viene a continuación de esta que estoy haciendo. Hay un ron nuevo, o hay cerveza, llueve, o hace frío, o hace mucho calor, o sólo está nublado y fresco. Todas las decisiones me han llevado a este momento: estar a solas, escondido, atrapado en mí mismo y en el vacío de la no compañía, en estar sin familia o sin pareja, o sin amigos al lado, sin mascotas  ni visitas. Solo, del verbo "soledad, te jodiste", conjugado en presente perfecto: "trágatela entera", con opción a un futuro: aviéntate por la ventana ahorita... todo lleva a ese presente perpetuo en el que tarde o temprano llega la incidencia de la pregunta: ¿por qué no me he aventado? y más importante aún: ¿Por qué no me aviento ahorita?