sábado, 12 de enero de 2013

¿Por qué no?

Pues qué más da. Jajaja, últimamente he aprendido que cada vez me cayo menos las cosas, es fácil, solo tienes que dejar de hacer que te importen las cosas. Ver un par de capítulos de dr. House, y de Californication, y tener alguno que otro amigo ebrio que sirva de ejemplo, así de sencillo y uno aprende a perderle el miedo a lo que te diga la gente. Bueno, eso y escribir, terminar escribiendo cosas que a final de cuentas no leerán tus amigos cercanos, ni tu familia, y entonces voilà. Como los demás no los conoces ni les importas realmente, estás listo para empezar a sacarte cualquier clase de comentarios, total, no te importa. Al final no es tan malo, y resulta entretenido: entonces te tomas unos tragos, enciendes un cigarro, y en lugar de usar los sillones, vas al piso a sentarte antes de escribir. Así de sencillo. Juegas con las frases y los comentarios que quieres decir y que también podrías decir en algún momento. Le inventas una historia, y a la mala mujer en lugar de matarla, la terminas comprendiendo, te ríes de las cosas, y entonces juegas porque ya no te importa: lo mejor que he jugado en mi mente con estos diálogos, es decirle: te podría decir que te deseo una vida feliz y bonita, pero como la verdad no me importas, me divierte más decirte que ojalá tengas una muerte fea y dolorosa, junto con una vida tormentosa, jajaja. Sí, sé que puede sonar ardilla, pero eso es lo mejor, es lo que decía antes, no te importa, y tú terminas sabiendo que así es pese a las dudas de los demás. 

      Así que perdamos ese miedo, la gente te acepta o no te acepta, al igual que tú aceptas o no aceptas a la gente, los términos medios aquí no funcionan. Son perversiones. Así que por qué no, decir a diestra y siniestra las cosas a las personas que no nos importan, jejeje, es divertido, sobre todo cuando se lo toman a pecho y uno no se engancha. 

     Por cierto, lo de a diestra y siniestra no hay que abusar... pero al final, qué más da, cada quien hace de su vida lo que quiere.

     Saludos desde la tierra del estrés que se lleva mi cabello.

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