Desde hace unos tres o cuatro meses, estoy construyendo una novela de la que no tengo más que un capítulo, poco a poco, se me aparecen partes de esa historia y las escribo, quizá algún día se vuelvan parte del texto, no lo sé, lo que sí sé es que me muestran la vida de esos personajes que estoy tratando de escribir. Aquí dejo otro fragmento aleatorio de esa novela; lo más odioso, es que estoy trabajando en otra y me da ideas para esta que ya tenía varias semanas abandonada, detesto no poder terminar ninguna de las dos...
¿Realmente Lilith se había ido? ¿Había desaparecido entre humo y cenizas de mundo oníricos, tal como cuando llegó? Durante una decena de meses creyó había vuelto a los trocitos de olvido en los que se le alojaban algunos sueños que durante un tiempo fueron repetitivos, y después de mucho ignorarlos, decidían ignorarlo a él.
Había tantas y tan constantes dudas, que así lo sentía, como una especie de sombra que manchaba un claro soleado. Cuando estuvo por cumplir el año ni siquiera la recordaba, había aprendido a vivir tirándose de a loco al punto de que él mismo se había cansado de intentar hablarle.
Las señales también dejaron de aparecer. No había más lunas que mostraban su nombre burlón en el cielo no-estrellado de la noche citadina. Así como también el tono de su voz, se había vuelto como el de cualquier otra mujer que le alcanzaba los oídos con el aliento cálido, o el eco distante y frío de una plática que no le pertenecía.
Vivía en la oscuridad literal, era la manera de sentirse verdaderamente solo. Las sombras se tragaban su propia sombra, y el espejo no tenía luz que reflejara nada. Ahora dudaba siquiera que existiera un espejo en esa casa de sombras que conocía de memoria y que había medido a pasos.
Pero tampoco era tan drástico como a él le hubiera gustado que en realidad fuera, siempre tenía que salir para comprar algo de comida, solo que ya lo hacía con la mirada abajo, evitando mirar las paredes que en algún momento habían sido testigos de alguna fechoría infantil a las que Lilith lo alentaba, y que a veces, de soslayo, percibía poseedoras de las marcas que le habían dejado.
Un vecino que le llegaba a preguntar sobre ella, la rama de un árbol del que se había colgado para jugar a los piratas y decirle que había tierra a la vista, señalando el supermercado.
Odiaba eso, pero odiaba todavía más el no poder alejarse de esos lugares. Ponía mil y un pretextos, pero en el fondo solo había uno real. Una de esas profecías que tanto quería ignorar, haciéndose el fuerte y desinteresado, pero que no dejaba de susurrarle al oído, cada vez que pensaba marcharse, que Lilith regresaría, y cuando lo hiciera, sería demasiado tarde, y ella terminaría llorándole más de lo que él le había llorado. Movía la cabeza negando y en voz baja se decía orgulloso que él no había llorado. Cuando lo decía, le costaba tragar saliva, y no se trataba de otra cosa más que su cuerpo diciéndole mentiroso, un mal mentiroso que no era capaz de engañarse a sí mismo, un peor mentiroso, que se decía a sí mismo que no tenía por qué hacerlo, si nadie le había preguntado nada.
Ociosilandia, actualmente es un blog donde publicaré ideas y alguna que otra reseña o yo qué se. Lo único que quiero aclarar es que los textos literarios se han trasladado a las siguientes páginas y allí seguirán siendo publicados los nuevos escritos: http://www.liibook.com/usuarios.php?ID=11930 **** http://wattpad.com/Marcojp **** http://es.scribd.com/Marcojp **** http://issuu.com/marcojuarez4
viernes, 17 de enero de 2014
Otro fragmento aleatorio de novela
miércoles, 8 de enero de 2014
Poemas apocalípticos (inicio)
Qué si he cambiado, que si me he mermado la esencia? Me da igual, yo lo único que sé es que quiero-tengo que escribir.
I
Primero vino la oscuridad
los gritos
el silencio
Al día siguiente no amaneció
y nuevamente los gritos
y nuevamente el silencio
Los que salieron de casa
no volvieron
caminaron
perdidos
gritaron
se los comió la oscuridad
Silencio
II
Tampoco amaneció
a tientas se buscaban
los unos
los otros
se encontraban
Una madre susurraba
el nombre de su hijo
Lo llamaba con los dedos
con el pensamiento
Con el corazón había callado
lo sabía en el pecho
en el vientre
Dentro de poco lo sabrían las manos
ojos ciegos
que no querían mirar
III
El primer niño salió porque escuchó su nombre
Afuera era un buen día
todo estaba quieto
en la calle los pájaros cantaban
una melodía fúnebre
al otro lado de la calle
el niño seguía escuchando
su nombre
No le cayó una bomba
no encontró una bala
Nadie lo sabe
en ese momento el mundo
guardo
el luto
Silencio.
IV
Algunos se creyeron ciegos
Algunos se creyeron mudos
Los que gritaban estaban plenamente sordos
otros más, en la desesperación
creían que ya no sentían
que la piel se les había marchitado
otros menos, también
desesperados, se arrancaron
los ojos
los que alcanzaron a ver
con una sonrisa
se colgaron
con el rostro ufano
se cortaron el cuello
las venas.
lunes, 6 de enero de 2014
Poemas apocalípticos
Los unos se abrazaban al alcohol
los otros a sus argumentos
explicaciones racionales
dudas
refutaciones
planteamientos
los más alejados no tenían idea alguna
los más mundanos
no paraban de decir
que se le había reventado el culo al mundo
para otros cuantos los rezos
para otros tantos
los besos
y al final
cuando no quedaba nada más en qué creer
ningún quién a quien nombrar
unos veían a dios en un libro
otros en una visión orgásmica
algunos cuantos en el hálito del vaho
yo lo hacía en sus brazos
entre sábanas
que no prometían más certeza
que los calzones puestos por fuera
mientras un niño gritaba
al caer de un sexto piso
que era superman
y él creía
fielmente creía
que lo que hacía era volar
**********
A fuera todo se venía cayendo a pedazos
se escuchaba el cielo romperse en dos
y quizá lo que por ahí alguien podía tachar de trompeta
(otro más loco diría que tocada por un ángel)
(otro más obsesivo corregiría que era un arcángel)
ella en cambio se abrazaba a mí
me pedía que le prometiera que todo estaría bien
yo me convencía de que todo estaría bien
y al final
ambos nos abrazábamos a mentiras
y aunque ambos creíamos
con fervor religioso
cuerpos más
cuerpos menos
no dejaban de ser mentiras
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