miércoles, 1 de noviembre de 2017

Cementerio

Esto sí es mío. No el sol, ni los movimientos de traslación y rotación de la tierra. No me pertenece esa temporada de otoño donde los árboles se desnudan y muestran sus ramas artríticas. Esto, esta tristeza y ganas de que no se acabe la noche, de que nadie despierte, que todos disfruten soñar. Esto es mío, las dosis de veneno en humo y la facilidad para recordar, tanto como para seguir soñando. Esto es mío, esta incertidumbre de tristeza entre nostalgia y melancolía. esto de manos vacías, e incapacidad para olvidar unas cosa o evitar recordar algunas otras que no han pasado. esto es mío: la afición por las cuerdas y los nudos, las navajas (y el miedo al dolor), mirar por las ventanas de los edificios de más de siete pisos de alto, las ganas de degustar el sabor pólvora y plomo, a culo en la boca, a pelos entre los dientes. Esto es mío: una canción con pasaje directo al pasado, y la repetición de la misma hasta que la piel ya no sepa a carne y sudor sino a cenicero

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