miércoles, 22 de octubre de 2014

Egolatría

Dejé de soñar y de mirar al cielo. Dejé de pensar que las cosas podían cambiarse con el desear intensamente y sin dudas. Dejé de creer que la gente te quiere y estará a tu lado cuando en verdad los necesites. Dejé de creer en el mundo y las personas. Dejé de dudar en Dios (caí en la certeza de que nadie que sea tan hijueputa puede existir en realidad). Dejé de lado el amor eterno y la creencia de que todo puede solucionarse desde el amor. Dejé de creer que hay algo más allá. Dejé de pensar que mi tío y mi abuela y mi padre y hasta mi perro me cuidan desde el topos hyper uranos. Dejé de esperar ese abrazo. Dejé de esperar que fuera de esa persona. Dejé de pedir a las 11:11 y las estrellas fugaces. Dejé en paz todo lo de fuera, porque no quedaba más, porque no había nada; porque no había nadie.

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