sábado, 26 de julio de 2014

Lilith

--Oh, mon cherié --me decía Lilith tratando de imitar el acento parisino de los vampiros de Anne Rice que acabábamos de ver en la tele--, no se abandona a alguien que puso toda su confianza en ti; menos cuando esa persona te lo pidió y tú aceptaste; no se abandona a alguien cuando el mundo se le viene abajo, cuando se está hundiendo, eso sólo lo hacen las ratas en alta mar. Y menos aún se abandona a alguien que estuvo ahí cuando tú lo necesitaste. Y si lo haces, no puedes llamarte a ti mismo una buena persona.

      --Lilith, pero si tú hiciste los mismo --le espeté.
     
      --Sí, pero yo nunca dije que fuera una buena persona. Yo soy una de esas ratas de alta mar que salta del barco si se hunde. Y aunque te diga que te amo, no impediría que volviera a saltar una y otra vez. Soy una puta, y aun así me quieres. ¿Quién tiene el problema?


No hay comentarios: